Un hijo de Juan Montalvo vive actualmente en Francia

Vigía de la Torre Eiffel

Un hijo de Juan Montalvo vive actualmente en Francia

Por el Dr. A. Darío Lara

A Don Gonzalo Zaldumbide, con mi admiración fervorosa,

A.D.L

Hoy, martes 24 de septiembre de 1963, desde las 3 de la tarde he tenido mi primera emocionante conversación con el Sr. Roberto Simard, nieto de Juan Montalvo. Hombre de cincuenta y un años, robusto; pletórico de salud y de exquisitez, usa anteojos, de estatura mediana, frente, despejada y escasos cabellos peinados hacia atrás, su conversación es agradable, cordial.

Nacido en París, en 1912, su madre fue la señora Suzanne Contoux, hija de Juan Montalvo y de la señora Augustine Contoux; Suzanne, fallecida muy joven fue la hermana menor de Jean Contoux el hijo parisiense de Juan Montalvo hombre de alrededor de 78 años, que vive actualmente en una ciudad des sur de Francia.

Este extraordinario acontecimiento que acreditará mi estadía en París, ha sido el feliz coronamiento de largos años de inútiles gestiones, de silentes búsquedas, en mi modesto empeño de completar la biografía (mal conocida cuando se refriere a sus tres estadías en París) del eximio estilista ecuatoriano.

Más de una vez hasta mí llegó el vago rumor de que Juan Montalvo tenía descendencia en la capital francesa. Pocos detalles hay, tímidos escarceos, en los biógrafos montalvinos cuando se refieren a la vida sentimental parisiense del célebre ambateño.

Rufino Blanco-Fombona, que creo más claramente ha tocado el asunto, tiene estas líneas en el Prefacio a los “Siete Tratados”, de la colección Garnier Hermanos (París 1912) “En una querida suya francesa tuvo un hijo que vive en París” (página XXVI). Y no es la única inexactitud del escritor venezolano, pues hasta cambia la fecha de nacimiento de Montalvo: 1833 en lugar de 1832 (página VIII).

Gonzalo Zaldumbide es seguramente el ecuatoriano que – portavoz insigne – más solícitamente ha contribuido a propagar la fama preclara de nuestro compatriota. Su brillante “Montalvo” no ha sido superado, aunque, como él mismo anota, no han escaseado plagiadores o parafraseadores… que ni siquiera lo mejoraban o completaban. Su labor montalvina (“Desinteresada labor en la difusión, de su mayor gloria en el extranjero”, como dijera) quizás no bien conocida de todos los ecuatorianos, llevada a cabo en París, sobre todo, ha sido y quedará sin igual. De este maestro, sin par, de aticismo aprendí en París, en sus páginas refinadas, en sus realizaciones en el mármol, en el bronce y en el libro, la administración ilustrada a la señera figura de Juan Montalvo; el “Príncipe de nuestras letras”.

Gonzalo Zaldumbide, cuando recuerda el asiduo trabajo que significó para él: “La edición en grande de las obras, casi todas agotadas e inhallables”, en esa bella colección de Garnier Hermano, en su Discurso pronunciado el 13 de Abril de 1956, en el Mausoleo de Montalvo, en Ambato se refirió a: “un deudo de Montalvo”. No dio ningún nombre y más bien añadió: “no volví a saber de él”. Y después nada más.

El viernes 20 de septiembre, escribía una de mis colaboraciones para “EL Comercio”. En dicho artículo me refería precisamente a un recorrido en París, en compañía de amigos guayaquileños y a la visita al número 26 de la calle Gardinet, en donde murió Juan Montalvo. Por una de esas coincidencias misteriosas, excepcionales que advienen de cuando en cuando – como que los manes de don Juan me visitaran entonces – sonó el teléfono y una llamada vino a interrumpir mi trabajo y a coronar en su instante maravilloso tantos años de mi paciente espera, tantos días de mis investigaciones parisienses, en archivos y bibliotecas…

Una voz agradable, casi familiar, tanto tiempo inútilmente esperada, pero que confiaba llegaría un día, me habló entonces. En primer lugar, para solicitarme una biografía de Juan Montalvo, en francés. Le manifesté que tan sólo podía ofrecerle el folletito “Montalvo”, de Max Daireaux y, siempre el mismo nombre irremplazable de Gonzalo Zaldumbide. “Les Editions France-Amérique; Paris 1936”. Ya que después nadie se ha ocupado de publicar una biografía en francés del gran clásico hispanoamericano.

En diálogo cordial que siguió entonces (así como los mínimos detalles que permitieron este primer contacto) lo reservo para un estudio más completo. Tan sólo añadiré que, al final de nuestra extraña conversación, mi interlocutor, sencillamente, confiadamente añadió: “Soy un nieto de Juan Montalvo. Mi nombre es Robert Simard”.

Podéis imaginaros ya mi asombro, mi alegría también, al oír semejante revelación. Luego de los primeros instantes de estupor, de hesitación, invité a mi interlocutor para entrevistarnos lo antes posible. Me manifestó que en aquella misma tarde salía de París, por el fin de semana. Hoy sé que es Alcalde de Courtoin en el Departamento de Yonne y allá pasa sábados y domingos. Eso sí, ofreció llamarme a su regreso.

Efectivamente, ayer 23 en la mañana, me llamó nuevamente y nos citamos para esta tarde. De este modo hoy Martes acabo de conversar largamente con él acerca de la vida de Juan Montalvo, su ilustre abuelo, sobre todo. Hemos recordado las tres ocasiones en que estuvo en París, 1857, por vez primera, en calidad de Diplomático, la segunda, en 1869, como proscrito así como la tercera, desde 1881; hasta su muerte, el 17 de Enero de 1889. Es decir la mayor parte de esos años de los que escribió Montalvo: “Si yo pudiera dar los 8 años de Europa de mis tres viajes, aunque no han sido del todo inútiles; si los pudiera dar por cuatro días de felicidad domestica acendrada, no vacilaría un punto”.

El señor Robert Simard me ha referido confiadamente cuanto sabía de Juan Montalvo, ya sea por su abuela, ya por su tía, ya por sus lecturas. Y, de este modo, podemos restablecer los siguientes hechos.

Jean Contoux, primer hijo francés de Juan Montalvo y de la señora Augustine Contoux, debió nacer hacia 1885, pues actualmente debe tener acerca de 78 años y vive en una ciudad del sur de Francia. Jean tiene una hija, Eveline de 54 años que trabaja actualmente en Luxemburgo, en el Pool Carbón-Acero. Suzanne Contoux, hija de Juan Montalvo, debió nacer hacia 1888; se casó con Roger Simard y tuvo cuatro hijos: Robert de 51 años (que me visita hoy) Yolande de 47 años, Raymond de 45 y de René de 43. Suzanne murió muy joven.

Robert Simard tiene tres hijos: Robert de 24 años, Jean-Paul de 19 años y Jean-Claude de 13 años. En total, la descendencia de Juan Montalvo, según mis conocimientos actuales, sería de dos hijos, cinco nietos y unos diez Biznietos1.

Contemplando una fotografía de Juan Montalvo, Robert Simard reconoce maravillado la enorme semejanza con su tío Jean, cuando joven, así como con la de su hijo Robert, de 24 años. El retrato que de ellos bosqueja concuerda con estas frases que Núñez de Arce escribió de Juan Montalvo: “Alto enjuto, de cabello negro y crespo, de frente despejada… la boca desdeñosa, nada propenso a la risa y los ojos brillantes”; o con estas otras de Blanco-Fombona: “Un caballero de estatura prócera tirando a cenceño, bien apersonado. La tez morena del hombre blanco nacido en los trópicos la rzsa cabellera de azabache se ensortijaba sobre la frente amplísima… los ojos obscuros, grandes, luminosos… la nariz recta, larga…”.

Pero, los más sensacional, lo más interesante que me refiere Robert Simard relativo a su tío Jean Contoux, es la extraordinaria paridad de su destino, en mucho semejante a la de su ilustre padre. Como él ha sido escritor, periodista jefe de Redacción de varios periódicos. Consagrado a la política, si no ha conocido el exilio, como Juan Montalvo, cinco años ha estado prisionero por defender sus ideas.

Y hasta en el retrato que traza de Jean, señala como rasgos característicos; “altanero, polemista acerbo, huraño, soberbio…” para emplear algunos de los epítetos que Gonzalo Zaldumbide atribuye a Juan Montalvo, en el Discurso más arriba mencionado.

Recogeré minuciosamente todos los preciosos datos que me sea dado descubrir y espero más tarde ofrecer este trabajo, una vez documentado, a nuestro país, a la ciudad de Ambato en particular, para que se conozca, al fin la verdad acerca de lo que ya podemos llamar: la Familia de Juan Montalvo en Francia.

París, a 24 de septiembre de 1963

Nota: El 25 de septiembre escribí mi primera carta al señor Jean Contoux. Hoy 4 de octubre, fechada del 19, acabo de recibir contestación. Es una carta sumamente gentil y valiosa, que me trae, entre otras, dos importantes aclaraciones: la. Jean Contoux nació en octubre de 1886, ya que cumplirá 77 años después de pocos días; 2ª. Su señora madre murió en París en 1950, a los noventa años de edad. Es decir que nació en 1860 y tenía veintiún años cuando Juan Montalvo llegó a Francia, por tercera vez. Mi contacto con Jean Contoux está, pues, establecidos y hoy mismo le he escrito mi segunda carta.

(Tomado de “El Comercio”. Quito – Ecuador, Domingo

20 de octubre de 1963)

 

 

 

 

1 Sobre este punto, véase la rectificación que el doctor A. Darío Lara escribió en el tomo I de su libro Juan Montalvo en París,  página 25 y siguiente.

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