A. Darío Lara

Es el año 1989, Bicentenario de la Revolución Francesa, nos recordó también el Primer Centenario de la muerte de Juan Montalvo. Quienes nos hemos ocupado del conocimiento de la obra “El Cosmopolita”, del “Cervantes Americano”, desde años atrás habíamos previsto este Centenario. En I Coloquio sobre Montalvo, en la ciudad de Besanzón, en marzo de 1975, se tuvo presente dicha conmemoración y la posibilidad de organizar el II Coloquio en 1989.

Invitado por la Ciudad de Ambato, en abril de 1982, para participar en la conmemoración de los 150 años del nacimiento de Montalvo, al presentar mi estudio “Juan Montalvo en París”, no dejé tampoco de recordar la preparación de un Centenario excepcional. Nuevamente en Ambato, en 1986, exactamente en el mes de julio, miércoles 23, en que tuve el honor de recibir de manos del Señor Galo Vela, Alcalde de Ambato, la Condecoración de la “Orden de Montalvo”, en mis palabras de agradecimiento, insistentemente me referí a la urgencia de preparar dignamente el Centenario de Montalvo.

Gracias a mis tareas docentes en la Universidad de París X, había propuesto que para el bienio 1987-1989-, en el programa de “Estudios Ibéricos y Latinoamericanos” constara la vida y la obra de Juan Montalvo. Para lo cual era urgente la preparación de una “Antología” con las mejores páginas del ilustre escritor, de modo que los estudiantes pudiesen leer y meditar en un autor que les era totalmente desconocido.

El programa recargado del Bicentenario de la Revolución Francesa lamentablemente dejó casi en el olvido la conmemoración de la muerte de Montalvo. En París, en Francia poco se hizo. No se pudo contar con la “Antología” prevista, de modo que debimos acudir a la obra del doctor Galo René Pérez “MONTALVO”, editada por el Banco Central, en 1985. Gracias al servicio de fotocopia pude ofrecer a mis estudiantes textos de: Rodó, Unamuno, Gonzalo Zaldumbide, Alfredo Pérez Guerrero, Jorge Carrera Andrade, Roberto Agramonte … sobre Montalvo y hasta unos versos de la célebre Epístola de Rubén Darío “A Juan Montalvo”.

Sin embargo, no todo fue olvido ni el nombre de Montalvo dejó de resonar en los medios más cultos de París. Estaba de paso por esta Capital el noble amigo doctor Miguel Albornoz. Nuestra antigua amistad me permitió desde su llegada una cita para entablar un diálogo en el corazón del barrio latino. Miguel me dio a conocer que invitado por la Dirección de la Casa de la América Latina iba a dictar una conferencia y había tomado por tema algunos problemas de las Naciones Unidas. Nada extraño para quien es un experto después de tantos años pasados en esos altos medios. Quedé algo pensativo y, de pronto, una feliz iluminación sacudió mi espíritu. “Miguel, le dije, !no¡ Estamos en al año del centenario de la muerte de Montalvo y hasta aquí ninguna ceremonia pública se ha organizado en París. Tiene usted una ocasión única para hablar de nuestro ilustre compatriota en tan alto medio cultural de París”. Ni un momento vaciló y pese a ciertas dificultades, su decisión fue total. “Hablaré de Montalvo defensor de los Derechos Humanos”. ¡Qué mejor programa para un momento en que Francia, el mundo entero tienen a flor de labios el tema: los Derechos del Hombre!…

Para la preparación de la conferencia de Miguel necesitaba algunos libros. De mi biblioteca estuvieron a su disposición varios volúmenes de las obras de Montalvo y pronto estuvimos en la Biblioteca del Instituto de altos Estudios de América Latina, en la Universidad de París. Allí pasamos varias horas de provechosas consultas. De este modo, en la tarde del jueves 22 de junio, el doctor Albornoz dictó su conferencia sobre “Juan Montalvo y los Derechos del Hombre”. La presentación la hizo el conde Robert de Billy, ilustre ex-Presidente y uno de los fundadores de esta Casa, después de la última guerra y por sugerencia del general de Gaulle que deseaba estrechar las relaciones de nuestro continente con Francia.

En su notable conferencia –pequeño tratado que podría servir de introducción a todo estudio sobre Montalvo- luego de un brillante recorrido de la trayectoria de Don Juan Montalvo, con acopio de citas y lujo de recuerdos expuso cómo Montalvo en el curso de sus visitas “absorbió París”; es decir, lo más noble y profundo del pensamiento francés. En una crónica para el diario “El Comercio” (10 de septiembre de 1989) tuve el agrado de comentar detalladamente este acto que honró al Ecuador y enalteció brillantemente la figura de Juan Montalvo.

Entre el público que asistió a la conferencia del doctor Albornoz, estaba un pequeño grupo de estudiantes de la Universidad de París X que siguió el curso que tuve el agrado de asegurar, sobre Juan Montalvo. Alumnos que dentro del programa de la Licencia en el año 1988-89 o la preparación del doctorado (cursos de D.E.A.) se interesaban por la vida y los escritos del noble ambateño. Al terminar su curso universitario, de acuerdo con las normas establecidas, varios estudiantes presentaron un trabajo sobre tal o cual página de Montalvo, trabajo escrito en español naturalmente y que se completó con una discusión oral sobre el asunto escogido.

Con enorme satisfacción pude comprobar cómo alumnos para quienes en octubre de 1988, Montalvo era un nombre desconocido y que inclusive algunos ignoraban la existencia del Ecuador, país lamentablemente tan poco conocido fuera de ciertas esferas como éstas de París X, pude comprobar digo cómo luego de pocos meses de estudio asiduo, de atentas lecturas se hallaban capacitados para escribir páginas muy interesantes sobre temas tan variados como los que mencionaré. Desde luego, me ha llamado la atención la insistencia con que se repiten líneas como las siguientes de Laurence Jouanny: “Con el centenario de la muerte de Montalvo descubrimos o redescubrimos el genio literario de este gran autor ecuatoriano”. El impacto que este autor operó en aquellos jóvenes estudiantes fue enorme y su entusiasmo por su obra se tradujo en los comentarios que francamente son admirables por varios aspectos. Su entusiasmo por un autor que estudiaban por primera vez superó todas mis ambiciones y todos (diré todos, pues de los 32 estudiantes la mayoría del simpático grupo era femenino) reconocieron, como afirmaba Aude Du Pin de la Guérivière: “Simón Bolívar y Juan Montalvo ocupan un alto sitio entre los hombres célebres por sus luchas por la independencia, por la libertad el primero, por la defensa de los derechos del hombre, en obras de alto valor literario, el segundo”.

En la imposibilidad de dar una lista completa de los trabajos preparados por este grupo de estudiantes, mencionaré algunos nombres y algunos títulos con la seguridad de que despertarán el interés de los lectores de esta crónica. Daré el nombre el autor y el título de su trabajo, si posible un breve comentario.

– Laurence JOUANNY: “El Buscapié”. Breve y valiosas páginas sobre aquel célebre tratado. “Tal como Cervantes, Montalvo defiende el sentimiento noble de la virtud que le parece faltar también en la sociedad americana; aquí apreciamos la grandeza de alma del escritor que además quiere ‘despertar’ a sus compatriotas. El quijotismo de Montalvo se resume en una formidable teoría de superación humana…”

– Virginie LEFEVRE: “El Luxemburgo”. En que comenta aquellas hermosas páginas de EL COSMOPOLITA.

– Aude Du Pin de la GUERIVIERE: “Bolívar y Montalvo”. Valioso comentario en que a través de las obras de Montalvo destaca los puntos de analogía con las luchas por la libertad y la defensa de los Derechos del Hombre.

– Cécile BORRELL: “Reflexión sobre el Capítulo XI de la Temeraria aventura de la Cautiva encadenada”. “Esta imitación, escribe, es un gran documento moral puesto que intentó hacer de este libro algo como la segunda parte de El Quijote, sin desmerecer de la obra maestra de la literatura española: en el fondo o en la forma”.

– Nathalie FARINE: “La mendicidad en París”. Trabajo alrededor de “la denuncia que hace Montalvo de la pobreza de la gente que no tiene nada que comer, al mismo tiempo que su preocupación por la libertad el hombre que tiene su derecho a la dignidad”.
– Robert De La LAMA: Consultando las páginas de “El Regenerador”, un breve comentario del título: “El templo de Efeso y Eróstrato. Bolívar y Ricardo Palma”.

– Emilia FERNANDEZ: Leyendo uno de los capítulos de la obra de Jorge Carrera Andrade, ha escrito un breve comentario con el título: “Jorge Carrera Andrade en su texto: “Juan Montalvo defensor de los Derechos Humanos”.

– Marie-Lou PUMEDA: Tomó como tema de su estudio igualmente: “Montalvo según Jorge Carrera Andrade”.

– Christine COBOS: Ofrece un comentario del texto de Unamuno, discurso-prólogo de Las Catilinarias.

– Isabelle EONO: Se ha dejado seducir por las páginas de “Las Catilinarias” y da un excelente comentario.

– Carine LEVY: Ha preferido un estudio global acerca de: “Montalvo y su estilo”.

– Ermelinda NUÑES: Ofrece también una “opinión general sobre la obra de Montalvo”.

– Myriam ROJAS: Ha preferido dedicar su comentario a las páginas de Montalvo: “Los Proscritos”.

 

Creo que con los títulos mencionados he dado una ligera idea de la variedad de temas e ideas que la lectura de Juan Montalvo despertó en un grupo de universitarios franceses, quienes, en cierto modo al escribir sus comentarios, dieron un homenaje único al escritor ecuatoriano en el centenario de su muerte. Y creo que este homenaje es la mejor prueba de que la obra de Juan Montalvo tiene asegurada la garantía de su supervivencia, puesto que la juventud es la que asegura la permanencia, la inmortalidad de un autor.

Finalmente, no dejaré de referirme a un acto que fue como un último homenaje a Juan Montalvo. La Universidad de París X, como la mayoría de las Universidades Francesas, asegura un servicio de emisiones por radio, para la cultura general. En este programa de “Enseñanza a distancia” se encuentra una rica variedad de títulos que se refieren al estudio de idiomas extranjeros, letras, historia, teatro, artes, etc. Invitado por la Directora del “Service TELEDIX-UNIVERSITE DE PARIS X”, señora Danièle BUSSY-GENEVOIX, para participar en dicho programa, se inscribió para el año universitario 1989-1990 mi colaboración con el título: “Tres precursores de la cultura francesa y de la amistad Francia-América Latina”.

Mis dos intervenciones previstas para el mes de febrero del presente año, en realidad se cumplieron en el mes de marzo. La primera, el lunes 12, en que me referí a Pedro Vicente Maldonado, el amigo y protector de los miembros de la Misión Geodésica del siglo XVIII, el compañero de viaje de La Condamine; y a Eugenio Espejo, el precursor de la independencia de América, tan ligado a los escritos de los Enciclopedistas y grandes autores franceses, desde la época clásica, En mi segunda intervención, el lunes 19, hice una presentación de Juan Montalvo, insistiendo naturalmente en sus relaciones con Francia, en su permanente combate por la defensa de los Derechos del Hombre, inspirado también por los grandes maestros del pensamiento francés.

Los servicios de la Universidad tienen a la disposición de los interesados todos los casetes de un programa tan variado y que se difunde a través de numerosas Universidades de otros países.

Al terminar estas líneas deseo renovar nuevamente mi testimonio de amistad y de agradecimiento a la noble ciudad de Ambato, en la persona de dos ilustres Alcaldes, el Doctor Luis Pachano Carrión y Galo Vela Alvarez, y de los inolvidables amigos que me colmaron de atenciones cada vez que la suerte me llevó a esa ciudad.

Que estas páginas escritas en un atardecer de otoño, cuando me acortan los días y las hojas secas dibujan un mullido tapiz a los pies de los árboles; cuando “la niebla impresionista deshilacha sus algodones” tratando de preservarnos del frío y de los recuerdos”… que estas páginas vengan a evocarme mañana los días inolvidables dedicados a la docencia y sean también como un testimonio de una modestísima labor, la misma que por circunstancias imprevisibles me dio la ocasión de servir de lazo de contacto entre el Ecuador y Francia; entre Ambato y la Universidad Francesa.

Fuente:

«https://afese.com/img/revistas/revista20/montalvo.pdf»

«http://www.revistaafese.org/ojsAfese/index.php/afese/article/view/520»

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