Por Claude Lara Brozzesi (In Revista AFESE, 1988, N. 13, pp. 81-96)

El capitán Gabriel Lafond de Lurcy, que recorrió las costas del Océano Pacíficos de los países hispanoamericanos entre 1820-1830, es, sin lugar a duda, uno de los viajeros franceses más distinguidos y más interesantes del siglo XIX”.

Esta afirmación, fruto de un largo estudio: “El capitán Gabriel Lafond de Lurcy viajero y testigo de la historia ecuatoriana: 1820-1830”, (tesis doctoral del Profesor A. Darío Lara presentada, hace ya algunos años, en la Universidad de París X Nanterre y que ocupa íntegramente las páginas de su volumen II de “Viajeros Franceses al Ecuador en el siglo XIX”), no sólo es un aporte considerable a nuestra historia, como le veremos a continuación, sino que es un modelo de la capacidad de investigación, así como del dominio del análisis y de la reflexión. Es un aporte considerable porque este distinguido marino, después de quince años de exploraciones a través del mundo, escribió nada menos que dieciocho títulos, de los cuales el volumen dedicado a la América española ofrece un interés particular para la historia ecuatoriana, de 1829 a 1830 y hasta 1845.

Gabriel Lafond de Lurcy fue un testigo importante y activo de los años que siguieron a la independencia de Guayaquil, a donde llegó pocas semanas después del 9 de octubre. Colaboró indirectamente en la victoria de Carabobo, por lo que recibió la condecoración de Carabobo y la estrella de los Libertadores de Cundinamarca. Gabriel Lafond de Lurcy tenía 19 años y era, escribe: “alférez de la marina de Guayaquil”. Conoció de cerca a los personajes más destacados de esa época y, de los veinticinco nombres que menciona, citaremos en especial a Simón Bolívar, José de San Martín, Antonio José de Sucre, José de Villamil y Juan José Flores, entre otros. Su nombre está íntimamente ligado a unas de las polémicas más célebres de la historia hispanoamericana de la independencia: la autenticidad de la famosa carta de José de San Martín a Simón Bolívar de 29 de agosto de 1822, después de la entrevista de Guayaquil, llamada también “Carta Lafond” (1). Dio a conocer, por primera vez, en francés, en 1848, algunas cartas o fragmentos de cartas de Simón Bolívar al General Juan José Flores; visitó gran parte del territorio ecuatoriano, de la costa a la sierra, dejándonos uno de los relatos más apasionantes del siglo pasado y, en fin, fue un precursor del desarrollo de las relaciones comerciales y económicas entre Francia y los países hispanoamericanos ya independientes.

Una tesis debe revelar, primero capacidad para la investigación. En esa obra monumental –son dos volúmenes con cerca de mil páginas en el original francés-, el Profesor A. Darío Lara presenta una bibliografía muy bien clasificada de cincuenta páginas. Esa abundancia y ordenamiento de la documentación son el primer paso en un trabajo científico para reconstituir la vida de Gabriel Lafond de Lurcy y relacionarla con capítulos particularmente complicados de la historia hispanoamericana y ecuatoriana, en los orígenes de la vida republicana. Segundo, el autor muestra tal dominio en el análisis y la reflexión que Edmond Giscard d’Estaing, hispanista y miembro del Instituto de Francia, en el prefacio de esta obra, escribe estas palabras con las cuales termina su espléndida presentación: “Esta síntesis, así lo esperamos, atraerá la atención de los Franceses y de los Ecuatorianos sobre el libro del señor Darío Lara. Descubrirán, por lo demás, que su obra es la de un verdadero historiador y que merece plenamente haberla presentado como tesis de doctorado, proporcionando a su autor la más importante consagración universitaria. No se puede sino experimentar especial admiración por la documentación reunida por el autor y el cuidado con el que los documentos han sido fotocopiados, restituyendo a cada persona, a cada sitio, su verdadera realidad. Las últimas palabras de este Prefacio se referirán, pues, a las primeras: que el lector, sea un político, un historiador, un novelista, un psicólogo o un viajero, que sea Ecuatoriano o Francés, encontrará en este hermoso libro un instrumento de precisión histórica y un instrumento de sueño romántico”.

La buena tesis es aquella que aporta una construcción alrededor de una idea central que se ramifica en subdivisiones críticas, con el objeto de cubrir el problema en su conjunto”, como lo decía el eminente profesor Raymond Aron, cuando dirigía una tesis doctoral. Es justamente uno de los objetivos principales del Doctor Darío Lara en su tesis doctoral, dentro de los marcos más exigentes de la vieja Sorbona en donde el autor estudió de 1948 a 1952, cuando en la introducción manifiesta claramente: “En síntesis: un viajero muy valioso, por haber sido testigo de la historia americana, entre 1820-1827: por sus relaciones personales con San Martín, Bolívar, Flores y mucho otros personajes históricos, según se lee en sus obras. Y, sin embargo, su biografía es casi desconocida hasta hoy; su obra no ha tenido la difusión que merece, ni los historiadores han dado a Gabriel Lafond de Lurcy el sitio que justamente debe ocupar entre los grandes viajeros y cronistas del siglo XIX”.

El nombre de Gabriel Lafond de Lurcy está ligado a la entrevista de Guayaquil entre Simón Bolívar y José de San Martín, el 29 de julio de 1822. La controversia que esta carta ha despertado entre los escritores e historiadores de todo el continente, se refiere sobre todo a su autenticidad, puesto que Gabriel Lafond de Lurcy la tradujo y publicó en francés, en 1843. Antes de presentar nuevos argumentos, el Profesor A. Darío Lara recuerda que: “Después de la independencia de Guayaquil (9 de octubre de 1820) y antes de la de Quito (24 de mayo de 1822), dos poderosas comunidades militares se enfrentaban en las colonias españolas de América del Sur que luchaban por su emancipación: el Perú, bajo el comando militar del General José de San Martín: y Colombia, bajo el comando del Libertador Simón Bolívar”. Consecuencia de los acontecimientos que siguieron, la entrevista privada entre los dos generales dio origen a esa especie de leyenda que se ha llamado “el secreto de Guayaquil” y, que Darío Guevara, en su biografía acerca de Simón Bolívar, resume en esa forma: “La conferencia fue secreta y larga. De ella no quedó documento escrito alguno. San Martín debió informar verbalmente al Gobierno de Lima. En cambio Bolívar hizo tres relaciones de ellas, dos oficiales y una carta privada, de 29 de julio de 1822”.

Uno de los aportes fundamentales de la obra del Profesor A. Darío Lara es dar a conocer, por primera vez, en su tesis doctoral, la personalidad del viajero francés quien conoció de cerca a los independentistas más destacados de esa época y por lo mismo permitió al autor contestar muy claramente a esas preguntas esenciales:

– ¿Gracias a qué personas, Gabriel Lafond de Lurcy ha podido conocer ese documento llamado más tarde “Carta Lafond”?

– ¿Cómo Gabriel Lafond de Lurcy ha obtenido esas informaciones? y,

– ¿Cómo probar la autenticidad de esta carta publicada en francés?

En el volumen II de “Viajero franceses al Ecuador en el siglo XIX”, del Profesor A. Darío Lara, la demostración es rigurosa y particularmente bien documentada ya que ofrece, a través de la vida de Gabriel Lafond de Lurcy, como hombre y testigo de la historia de la independencia hispanoamericana, los fundamentos de este capítulo de la historia.

Gabriel Lafond de Lurcy cuando se refiere a la entrevista de Guayaquil, escribe que José de San Martín traía con él: “algunos edecanes y a nuestro compatriota Soyez, en calidad de Secretario General”. Este detalle es muy importante y revela un punto interesante de la historia: la amistad que se había iniciado ya entre José de San Martín y Gabriel Lafond de Lurcy, gracias al francés Soyez. De modo que luego de la célebre entrevista podía afirmar: “Stevenson, Miller y Baralt confiesan en sus obras que ignoran los asuntos tratados entre los Libertadores de América española… Yo he sido más afortunado y he podido remontar a las fuentes mismas. He aquí las informaciones que he obtenido del general San Martín y del edecán de Bolívar, que en esta ocasión les sirvió de Secretario”.

José de San Martín, después de la entrevista de Guayaquil, vivió en los alrededores de París, exactamente en Grand-Bourg, al escribir sobre las guerras de la independencia del Perú, solicitó al ilustre proscrito y obtuvo de él documentos para la redacción de la obra que preparaba: “No le ocultaré, mi general –le escribe Gabriel Lafond de Lurcy- que busco la verdad y la verdad enteramente y como Usted es el único que puede proporcionarme los documentos que me faltan, para encontrarla, me dirijo a Usted con confianza…” (2). Y en carta de 24 de julio de 1843, Lafond de Lurcy agradece a San Martín “por todos los documentos que me ha proporcionado”. Además, José de San Martín conoció antes de su muerte la publicación, en francés de la “Carta Lafond” y el Profesor Darío Lara comenta: “… después del discurso que pronunció (Sarmiento) en el ‘Instituto Histórico de Francia’, en el que fue recibido en ese año (1846), San Martín asistió al acto (Gabriel Lafond de Lurcy también); Sarmiento en su intervención se refirió a la carta del 29 de agosto de 1822. En París, igualmente, Sarmiento publicó el texto francés y, en Valparaíso, la traducción española. San Martín que conoció el texto de Lafond de Lurcy, publicado en 1843, así como las publicaciones de Alberdi, de Sarmiento: no rectificó absolutamente nada y, por el contrario, toda su correspondencia contribuye a confirmar los términos de la Carta Lafond”. Por consiguiente, “el silencio de San Martín después de la publicación de la carta del 29 de agosto de 1822 por Lafond de Lurcy y más tarde por Alberdi y Sarmiento, este silencio para quienes parecían las altas cualidades morales del héroe argentino es, tal vez, una de las pruebas más convincentes de la autenticidad de dicha carta”.

En lo que se refiere al problema de la autenticidad de la “Carta Lafond”, el Profesor A. Darío Lara argumentó: “Espero aportar argumentos nuevos a favor de la autenticidad de la carta de 1822… Si San Martín no entregó ese documento al viajero francés (punto en el que están de acuerdo partidarios y opositores de la autenticidad de la carta), no se han destacado suficientemente las relaciones que Lafond de Lurcy mantuvo con los habitantes de Grand-Bourg, en especial con Merceditas, hija de San Martín, y su esposo, Mariano Balcarce. Quienes sostienen que Lafond de Lurcy pudo conocer ese documento por uno de los edecanes del Libertador… olvidan a un gran amigo y compatriota de Lafond de Lurcy, edecán de Bolívar, el general Charles-Éloi de Demarquet. Un texto del segundo volumen de “Voyages autour du monde” del ilustre francés, es de capital importancia. Dicho texto ningún comentarista, que yo sepa, lo ha destacado ni comentado”. En efecto, como lo escribe el argentino Eduardo L. Colombres Mármol en su valioso libro La entrevista de Guayaquil –hacia su esclarecimiento”: “… No hay que descartar la posibilidad de que el texto de la carta pudo haber llegado por encargo de algún secretario de Bolívar a manos de Lafond, por obra de alguno de sus camaradas americanos de visita a Europa o por intermedio de algún compatriota suyo que se reintegraba definitivamente a Francia… No tenemos noticia de que algún ex – secretario de Bolívar haya viajado entre 1830 y 1843 al Viejo Mundo. Pero esta eventualidad tampoco hay que eliminarla sin una previa investigación. Queda en manos de algún estudioso que haga al biografía de ellos, averiguarlo”.

El Profesor A. Darío Lara no sólo ha demostrado cómo y gracias a quién el texto de la carta del 29 de agosto de 1822 ha podido llegar a Gabriel Lafond de Lurcy, sino que ha probado que Gabriel Lafond de Lurcy recibió documentos de Charles-Éloi de Demarquet, cuando en París el viajero francés escribía este capítulo de la historia de la independencia hispanoamericana. Charles-Éloi de Demarquet, edecán de Simón Bolívar, a quien el Libertador, en su carta del 14 de octubre de 1827, encomienda a Juan José Flores: “Recomiendo a Usted a mi querido Demarquet que cada día es más hombre de bien”. Igualmente, Gabriel Lafond de Lurcy evoca la lealtad de Charles-Éloi de Demarquet al Libertador: “Es uno de esos hombres únicos cuyo nombre conserva la historia, pues, que tan fiel a Bolívar como Sully lo fue a Enrique IV y Bertrand a Napoléon. Es, además, el único de los edecanes del general colombiano que nunca ha abandonado y ha hecho con él todas las campañas de Colombia y del Perú”. Consecuentemente, se comprenderá el valor de las informaciones que Charles-Éloi de Demarquet pudo dar a Gabriel Lafond de Lurcy acerca del asunto de la entrevista de Guayaquil y, lo que declara el viajero francés al respecto es fundamental: “He tenido frecuentes relaciones con el coronel Demarquet en Guayaquil, en 1823, en Lima, en 1826 y, en fin, el año pasado en París y a su extrema fineza debo los documentos más interesantes que poseo sobre Colombia y Perú”.

Finalmente, por analogía, otro documento decisivo y de gran valor en favor de la autenticidad de la “Carta Lafond” es el siguiente: “Nadie hasta hoy día ha mencionado, según recuerdo en la Introducción, la publicación que en francés hizo Lafond de Lurcy de varias cartas o fragmentos de cartas de Bolívar a Flores… Vemos que no ha inventado nada y no ha falsificado ninguna carta. Sencillamente traduce y publica en francés, en 1848, fragmentos de las cartas de Bolívar al general Flores”.

En fin, en su obra, el Profesor A. Darío Lara ha emprendido lo que ningún historiados había realizado anteriormente para estudiar a fondo esta gran polémica: analizar la biografía completa de Gabriel Lafond de Lurcy. Después de una gran investigación nos da, 336 páginas, sin contar los documentos, 700 páginas, que vienen a reforzar los argumentos de autenticidad, y el escritor concluye: “Por la presentación que he trazado de este personaje excepcional, por sus cualidades que le destacaron desde su juventud y que sobresalieron en el curso de toda su vida, conocemos que fue un hombre de honor, en el profundo significado que esta palabra tenía en siglos pasados; que fue un auténtico caballero, un gentilhombre digno de respeto, como ha escrito Ricardo Rojas. Desde luego, incapaz de lo que le han acusado gratuitamente sus enemigos: la falsificación de la carta de Martín a Bolívar”.

En esta sintética exposición de la tesis doctoral del Profesor A. Darío Lara, he dado preferencia a la lectura y a la presentación de un documento histórico: “La Carta Lafond” y he dejado de lado otros asuntos tan significativos como Gabriel Lafond de Lurcy y sus relaciones con el General Juan José Flores; el viaje de Gabriel Lafond de Lurcy de Guayaquil a Quito; Gabriel Lafond de Lurcy testigo de la historia y precursor de las relaciones franco-hispanoamericanas, etc…

Sin embargo, la “Carta Lafond”, no es un asunto concluido. Al comienzo de su estudio, el autor manifestó que los manuscritos y documentos personales de este ilustre viajero habían desaparecido; es decir que la tarea de investigación aún no ha terminado: “Queda, pues, para futuros investigadores una tarea muy interesante: encontrar los manuscritos de Gabriel Lafond de Lurcy y quien sabe si entonces darán también con el original o una copia de la célebre “Carta Lafond”, que tanto ha significado en la historia de América española, por referirse a hechos trascendentales de los héroes máximos de la Independencia hispanoamericana: Bolívar y San Martín”.

Esperamos que el estudio que hemos consagrado al viajero de Lurcy sirva de estímulo para futuras investigaciones y sea una contribución para que aquella incógnita que es aún la historia del siglo XIX hispanoamericana llegue a ser, poco a poco, descifrada por los viajeros, como escribiera el historiador académico Carlos de la Torre Reyes”. Al concluir esta presentación de la tesis doctoral del Profesor A. Darío Lara con esta cita, podemos afirmar que esta magnífica obra colmó no sólo las esperanzas del autor, sino también las nuestras y que, además su estudio será una importante contribución al conocimiento de la historia hispanoamericana del siglo XIX.

*El libro está en prensa en el Banco Central del Ecuador.

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NOTAS

(1) En el anexo 1 reproducimos “la Carta Lafond” o la carta de San Martín a Bolívar, publicada por Juan Bautista Alberdi en “Biografía del General San Martín”, pp. 53-57. En el volumen II, anexos, de la obra del Doctor Darío Lara, pp. 166-176, se consignan las versiones de Juan Bautista Alberdi, así como de Bartolomé Mitre en “La historia de San Martín y de la emancipación sudamericana”, tomo IV, Buenos Aires 1890, pp. 615-617.

(2) En el anexo 2 damos a conocer, tal vez por primera vez en español, ocho cartas que escribió el capitán Gabriel Lafond de Lurcy (septiembre de 1839 a junio de 1849) al General San Martín. Estas cartas van en los “ANEXOS” del estudio del Doctor Lara; escritas en francés, las he traducido al español para este artículo.

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